jueves, 18 de abril de 2013

¿Descorchar o destapar? El corcho en el vino


¿Descorchar o destapar? Efectivamente el matiz es importante. En los orígenes del uso de los tapones de corcho, allá por el siglo XVII, el monje benedictino D. Pierre Perignon no tenía duda en cuanto a los beneficios que aportaba el tapón de corcho, junto al vidrio, para la conservación del vino espumoso. Ese momento se marca como el inicio de la introducción del corcho en la industria, aunque ya llevara siglos empleándose en todo tipo de menesteres (como aislante térmico, en calzado así como taponamiento).

En la actualidad no todo el vino se descorcha, el tapón de silicona se ha establecido como sustituto para coronar la botella de vino. El uso en España es minoritario, pero sin duda afecta a la industria del corcho, pues se realizan campañas de concienciación sobre las ventajas de su uso y se pactan convenios de colaboración para fomentar el consumo de botellas encorchadas en los restaurantes, como el firmado entre algunos hosteleros extremeños y asociaciones del corcho en el marco de La Feria Internacional del Corcho, celebrado entres los días 16 y 18 de abril en San Vicente de Alcántara.

Se apuesta por el trinomio vino-vidrio-corcho, pero ahora se opta por el uso de tapones de silicona en algunos vinos de consumo inmediato (como blancos o tintos jóvenes) y siempre de menor calidad.
Con ello se mantiene aún la ilusión del 'descorche' y las filigranas aplicadas sobre el tapón para abrir la botella, pertenecientes al ritual del vino. Pero a efectos de calidad, imagen y medio ambiente, esa ilusión se disipa para precipitarse como plomo hasta el suelo.
Apostar por el tapón de silicona puede ser una opción, ya que el corcho, a pesar de ser un material renovable, es limitado, no cubriendo toda la demanda. Pero es una incongruencia intentar ganar terreno maldiciendo al corcho. Antes de eso, habría que saber la situación del mercado, quien a fin de cuentas promueve un consumo u otro: qué países producen corcho, quiénes vino, y establecer entonces los costes de importación de materiales.
El corcho sólo se da en el sur de Europa y el norte de África (únicas zonas donde se dan las dehesas), siendo Portugal (en primer lugar) y España, los mayores productores de dicho material. Pero si se observa el mapa de producción vitivinícola, el mapa es mucho más amplio.

Es necesario despejar falsas creencias sobre el corcho: como que se corta el árbol para su extracción o que lleva a un mayor impacto medio ambiental. 
El corcho se obtiene de los alcornoques, del mismo modo que la lana de las ovejas. Sólo se extrae la corteza del árbol, sin dañar al mismo. Es un material natural, renovable y biodegradable. Además, la existencia de una industria del corcho hace que se conserven las dehesas, ecosistemas muy ricos en flora y fauna, favoreciendo además otras actividades ganaderas y agrícolas, así como selvícolas, ayudando al desarrollo rural. Por otro lado, destacar las enormes cantidades de CO2 que eliminan estas masas forestales, con el beneficio ambiental que eso supone.
Ya por último, los beneficios meramente económicos, que en el caso español se traduce en 350 millones de euros gracias a la industria del corcho, 80% en exportaciones.

Por supuesto, el corcho tiene algunos inconvenientes, como el TCA (tricloroanisole), consecuencia de la presencia de ciertos mohos en el corcho y que es el responsable del sabor acorchado en los vinos.  Pero en la actualidad la industria del corcho ha pasada de ser una producción artesanal, a configurarse bajo toda una serie de normativas que minimizan las posibilidades de que aparezcan estos mohos.
También se puede alegar que un 2% de los tapones de corchos falla, es decir, se rompe o deteriora, echando por tierra el vino. Ésto puede aumentar el susto de forma directamente proporcional al aumento del precio de la botella. Sin embargo, es oportuno saber que hay diferentes calidades de corcho y que, en función del vino que vaya a taponar, se elegirá una u otra calidad. 
Puede que se tenga que llegar al punto de tener que escoger entre el corcho u otro material para taponar botellas, por razones económicas o de cualquier otra índole, pero sin introducir falsas creencias o informaciones incorrectas. Aunque lo más importante será tener presentes las diferencias que hay entre descorchar y destapar.

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